“ETICA A
NICOMACO”
ARISTOTELES
Libro primero
Teoría del bien y de la felicidad
Diversidad y
subordinación de los fines que nuestra actividad se propone. – Importancia del
fin y del bien supremo. – Superioridad de la ciencia política, única que nos
los puede dar a conocer; grado de exactitud que se puede exigir de esta
ciencia. – La juventud es edad poco a propósito para el estudio de la política,
3
Diversidad de
opiniones sobre la naturaleza de la felicidad; estudio de las más célebres e
importantes. – Diferencia de métodos según que se parte de los principios o se
sube hasta los mismos. – Cada cual juzga en general de la felicidad por lo que
es su vida; al vulgo le basta ir en pos de los placeres; el amor a la gloria es
el patrimonio de las naturalezas superiores, así como el amor a la virtud. –
Insuficiencia de la virtud para producir por sí sola la felicidad; desprecio de
la riqueza, 6
Crítica del sistema
de las ideas de Platón. Objeciones diversas; el bien no es uno, puesto que se
da en todas las categorías, y que hay muchas ciencias del bien; el bien en sí y
el bien se confunden. – Los pitagóricos y Espeusipo. – Distinción de los bienes
que son bienes por sí mismos, y de los que sólo lo son a causa le otra cosa;
dificultades de esta distinción. – El medio más seguro de conocer el bien es
estudiarle en los bienes particulares que el hombre posee y utiliza, 10
Capítulo IV. El bien
en cada género de cosas es el fin en vista del cual se hace todo lo demás.
La felicidad es
el fin último de todos los actos del hombre; es independiente y perfecta. – La
felicidad no se comprende bien sino mediante el conocimiento de la obra propia
del hombre. Esta obra es la actividad del alma dirigida por la virtud, 13
Capítulo V. Imperfección
inevitable de esta indagación de la felicidad.
El tiempo completará
estas teorías; no debe exigirse en todas las cosas una precisión igual. –
Importancia de los principios, 17
Capítulo VI. Justificación
de la definición de la felicidad dada más arriba.
Para darse bien
cuenta de esta definición, es preciso combinarla con los atributos diversos que
vulgarmente se dan a la felicidad. – División de los bienes en tres especies:
bienes del cuerpo, bienes del alma y bienes exteriores. – La felicidad implica
necesariamente la actividad. – La actividad regida por la virtud es la más alta
condición de la felicidad del hombre. Sin embargo de esto, los bienes
exteriores completan también la felicidad y parecen accesorios indispensables,
18
Capítulo VII. La
felicidad no es un efecto del azar; es a la vez un don de los dioses y el
resultado de nuestros esfuerzos.
Dignidad de la
felicidad comprendida de esta manera. Esta teoría concuerda perfectamente con
el fin que se propone la política. – Entre todos los seres animados, sólo el
hombre puede ser dichoso, porque es el único capaz de virtud. – No puede
decirse que un hombre es dichoso mientras vive y está expuesto a los azares de
la fortuna. – ¿Se sienten los bienes y los males después de la muerte?, 21
No hay
necesidad de esperar la muerte de un hombre para decir que es dichoso; la
virtud es la que constituye la verdadera felicidad; y no hay nada más seguro en
la vida humana que la virtud. – Distinción entre los acontecimientos de nuestra
vida, según que son más o menos importantes. – Las pruebas fortifican y apoyan
la virtud; el hombre de bien nunca se muestra abatido; serenidad del sabio y
constancia de su carácter. – Necesidad de los bienes exteriores hasta cierto
punto, 24
Capítulo IX. Influjo
del destino de nuestros hijos y de nuestros amigos sobre nosotros.
Es también
probable que después de nuestra muerte nos interesemos aún por ellos.
Naturaleza de las impresiones que se pueden experimentar después que ha
abandonado uno la vida; estas impresiones deben ser muy poco vivas, 27
Capítulo X. La
felicidad no merece nuestras alabanzas: merecería más bien nuestro respeto.
Naturaleza
relativa y subordinada de las cosas que pueden ser alabadas; no hay alabanzas
posibles para las cosas perfectas; sólo cabe admirarlas; teoría ingeniosa de
Eudoxio sobre el placer. – La felicidad merece tanto más nuestro respeto,
cuanto que es el principio y la causa de los bienes que deseamos al esforzarnos
por conseguirla, 28
Capítulo XI. Para
darse cuenta de la felicidad es preciso estudiar la virtud que la produce.
La virtud es el
objeto principal del hombre de Estado. Para gobernar bien los hombres, es
preciso haber estudiado el alma humana. Límites en que debe encerrarse este
estudio. – Cita de las teorías que el autor ha expuesto sobre el alma en sus
obras exotéricas: dos partes principales en el alma, una irracional, otra
dotada de razón. distinción en la irracional de una parte animal y vegetativa,
y de otra que sin poseer la razón, puede por lo menos obedecer a esta. –
división de las virtudes en intelectuales y morales, 29
Libro segundo
Teoría de la virtud
Capítulo
primero. De la distinción de las virtudes en intelectuales y
morales. La virtud y el hábito.
La naturaleza
sólo nos da disposiciones; nosotros las convertimos en cualidades precisas y
determinadas mediante el empleo que hacemos de las mismas. Haciendo esto
aprendemos a obrar bien. – Importancia soberana del hábito; es preciso contraer
buenos hábitos desde la más tierna infancia, 33
Capítulo II. Un
tratado de moral no debe ser una pura teoría, sino ante todo un tratado
práctico.
Debe de ser
esto cualquiera que sea por otra parte la indecisión inevitable en los
pormenores en que debe entrarse. Necesidad de la moderación; todo exceso en más
o en menos destruye la virtud y la prudencia, 35
Capítulo III. Inmenso
influjo del placer y de la pena en el destino humano y en la virtud.
Para juzgar
bien de las cualidades que se poseen, es preciso atender a los sentimientos de
placer y de pena que se experimentan después de haber obrado; el hombre de bien
se complace en obrar bien; el malo, en obrar mal. – Máxima de Platón. – Inmenso
influjo del placer y de la pena sobre el destino humano y sobre la virtud; el
uso bueno o malo del placer o de la pena distingue profundamente a los hombres
entre sí. – La moral y la política deben ocuparse sobre todo de los placeres y
de las penas; también será esto objeto del presente tratado, 37
Capítulo IV. Explicación
del principio, según el que se hace uno virtuoso ejecutando actos de virtud.
Diferencia
entre la virtud y las artes ordinarias. Tres condiciones se requieren para que
un acto sea verdaderamente virtuoso: saber, voluntad, y constancia. La primera
condición es la menos importante. – Extraña manera que tienen los más de los
hombres de entender la filosofía y la virtud; creen que bastan para esto vanas
palabras, 40
Hay tres
elementos principales en el alma: las pasiones, las facultades y los hábitos.
Definición de las pasiones y de las facultades. – Las virtudes y los vicios no
son pasiones; tampoco son facultades; son hábitos, 41
Es en toda cosa
la cualidad que completa y perfecciona esta misma cosa: virtud del ojo, virtud
del caballo. – Definición del medio en matemáticas. El medio moral es más
difícil de encontrar; el medio varía individualmente para cada uno de nosotros.
– Exceso o defecto en los sentimientos y actos del hombre. – La virtud depende
de nuestra voluntad; es en general un medio entre dos vicios. El uno peca por
exceso, el otro por defecto. – Excepciones, 43
Capítulo VII. Aplicación
de las generalidades que preceden a los casos particulares.
El valor, medio
entre la temeridad y la cobardía. – La templanza, medio entre la corrupción y
la insensibilidad. – La liberalidad, medio entre la prodigalidad y la avaricia.
– La magnificencia. – La grandeza de alma, medio entre la insolencia y la
bajeza. – La ambición, medio entre dos excesos que no han recibido nombre
especial. – Numerosos vacíos que hay en las lenguas para expresar todos estos
diversos matices. – La veracidad, medio entre la fanfarronería y disimulo. – La
gracia, medio entre la bufonería y la rusticidad. – La amistad, medio entre la
adulación y la aspereza. – La modestia, la imparcialidad, la envidia, la
malevolencia, 46
Capítulo VIII. Oposición
de los vicios extremos entre sí y con la virtud que ocupa el medio.
Oposición del
medio a los dos extremos. Los extremos están más distantes uno de otro que lo
están del medio que los separa. – En ciertos casos, uno de los extremos se
aproxima más al medio. La temeridad está más cerca del valor que la cobardía;
por lo contrario, la insensibilidad está más cerca de la templanza que la
relajación. Dos causas de estas diferencias: una procedente de las cosas y otra
de nosotros, 51
Capítulo IX. Dificultad
de ser virtuoso, y consejos prácticos para serlo.
Deben estudiarse
las tendencias naturales que sienta cada cual en sí e inclinarse al extremo
contrario; medio de reconocer aquellas; necesidad de resistir al placer. –
Insuficiencia de los consejos por precisos que sean; es necesario ejercitarse
constantemente en la práctica, 52
Libro tercero
Continuación de la teoría de la
virtud. Del valor y de la templanza
Definición de
lo voluntario y de lo involuntario. – Dos especies de cosas involuntarias,
según que se hacen por fuerza o por ignorancia. – Primera especie de cosas
involuntarias. Diversos ejemplos de casos de fuerza mayor; acciones mixtas; son
siempre en parte voluntarias. – La muerte es preferible a ciertos actos: el
Alcmeon de Eurípides. – Definición general de lo voluntario y de lo
involuntario. El placer y el bien no ejercen sobre nosotros un imperio
irresistible. Con frecuencia es más justo culparse a sí propio que no a las
causas exteriores, 55
Capítulo II. Continuación
del mismo asunto: segunda especie de cosas involuntarias.
Las cosas
involuntarias por ignorancia; dos condiciones; deben ir seguidas por el dolor y
el arrepentimiento. – Es preciso distinguir entre obrar por ignorancia y obrar
sin saber lo que se hace. – Ejemplos diversos. – Definición del acto
voluntario; las acciones inspiradas por la pasión y el deseo no son
involuntarias, 58
No se la puede
confundir, ni con el deseo, ni con la pasión, ni con la voluntad, ni con el
pensamiento; relaciones y diferencias de la intención con todas estas cosas. –
La preferencia moral puede confundirse con la deliberación que precede a
nuestras resoluciones, 61
La deliberación
sólo puede recaer sobre cosas que están en nuestro poder; no hay deliberación
posible respecto de las cosas eternas, ni en las ciencias exactas; sólo hay
deliberación en las cosas oscuras y dudosas. – La deliberación recae sobre los
medios que se deben emplear y no sobre el fin que se desea. Sólo afecta a las
cosas que creemos posibles. Descripción del objeto de la deliberación. La
preferencia viene después de la deliberación; ejemplo tomado de Homero. –
Última definición de la preferencia moral, 63
Capítulo V. El objeto
verdadero de la voluntad es el bien.
Explicación de
esta teoría; dificultades de los sistemas según los que el hombre aspira al
verdadero bien o sólo aspira al bien aparente. – Ventaja del hombre virtuoso;
sólo el sabe encontrar la verdad en todos los casos, 67
Refutación de
una teoría contraria; el ejemplo de los legisladores y las penas que consignan
en sus códigos prueban claramente que creen que las acciones de los hombres son
voluntarias. – Respuesta a algunas objeciones contra la teoría de la libertad.
Nosotros disponemos de nuestros hábitos; y a nosotros toca regirlos para evitar
que nos arrastren al mal. – El deseo del bien no es efecto de una disposición
puramente natural: resulta del hábito, que nos prepara a ver las cosas bajo
cierto aspecto. – Resumen de todas las teorías anteriores; indicación de las que
van a exponerse, 68
Es un medio
entre el miedo y la temeridad. – Lo que se teme en general son los males.
distinción de los males; hay unos que se deben temer y otros que es preciso
saber despreciar; sólo deben temerse los males que proceden de nosotros. – El
verdadero valor es el que se muestra en los mayores peligros y enfrente de los
males más temibles; el mayor peligro es el peligro de la muerte en los
combates. Belleza de una muerte gloriosa, 73
Diferencias
según los individuos; reglas generales que impone la razón; definición del
verdadero valor. – Excesos y defectos relativos al valor; los celtas; el hombre
temerario; el fanfarrón; el cobarde. – Relaciones del valor con la temeridad y
con la cobardía. – El suicidio no es una prueba de valor. – Resumen, 74
Hay cinco
principales: – 1ª El valor cívico; los héroes de Homero; soldados que obedecían
por temor a sus jefes: – 2ª El valor de la experiencia; ventajas de los
soldados aguerridos; los soldados son muchas veces menos bravos que los simples
ciudadanos; batalla de Hermaeum: – 3ª El valor de la cólera; efectos de la
cólera; si a la par se puede reflexionar, se convierte en verdadero valor: – 4ª
El valor que procede de la confianza que se tiene en el buen éxito; intrepidez
y sangre fría en los peligros imprevistos: – 5ª El valor de la ignorancia,
desaparece delante del verdadero peligro, 77
El valor es
siempre muy penoso, y por esta causa merece tanta estimación. – Los atletas. –
La virtud en general exige sacrificios y dolorosos esfuerzos. – Fin de la
teoría del valor, 81
Sólo se aplica
a los placeres del cuerpo y no a todos. – No puede haber intemperancia en los
placeres de la vista y del oído; sólo la hay indirectamente en los placeres del
olor. – La intemperancia afecta más particularmente al sentido del gusto, y en
general al del tacto; ejemplo de Filoxenes de Erix. – Carácter degradante y
brutal de la intemperancia; no goza, ni aun mediante el tacto, más que en
ciertas partes del cuerpo, 82
Deseos
naturales y generales; deseos particulares y facticios. Se peca raras veces en
punto a deseos naturales; se peca las más a causa de las pasiones particulares,
entregándose a ellas en condiciones poco convenientes. – La templanza en los
dolores es más difícil de definir que la templanza en los placeres. – La
insensibilidad respecto a los placeres es muy rara y no es propia del hombre. –
Retrato del hombre verdaderamente templado, 84
La
intemperancia parece que es más voluntaria, porque no es otra cosa que el
resultado del placer que el hombre busca naturalmente. – Intemperancia y
desorden de los niños; es preciso que el hombre someta sus deseos a la razón,
como el niño debe someterse a las órdenes de su preceptor. – Fin de la teoría
de la templanza, 87
Libro cuarto
Análisis de las diferentes
virtudes
Su definición;
la prodigalidad, la avaricia. Caracteres generales de la liberalidad; virtudes
accesorias que ella supone. – La liberalidad debe graduarse por la fortuna del
que da. – El liberal no siente excesivamente la pérdida de dinero; es dispuesto
para los negocios. – La prodigalidad es mucho menos reprensible que la
avaricia, por más que produzca algunas veces los mismos efectos. – La avaricia
es incurable; grados diversos de la avaricia, 89
Su definición;
su diferencia de la liberalidad. Defecto y exceso relativos a la magnificencia.
– Cualidades del magnífico; sus designios; su manera de hacer las cosas. –
Gastos en que se ejercita más especialmente la magnificencia; gastos públicos,
gastos privados. – Exceso en la magnificencia: fausto grosero y sin gusto. –
Defecto en la magnificencia : mezquindad, 96
Definición. Los
dos vicios opuestos: pequeñez de alma y vanidad presuntuosa. – El magnánimo no
tiene otro norte que el honor; es el más virtuoso de los hombres. – Moderación
del magnánimo en todos los grados de fortuna; con las ventajas de una gran
posición se desenvuelve la magnanimidad. – Elevación y grandiosidad del
magnánimo; su valor, su desinterés, su independencia, su lentitud y su
indolencia, su franqueza, su gravedad silenciosa, sus maneras. – El hombre sin
grandeza de alma. El necio vanidoso, 100
Capítulo IV. Del justo
medio entre la ambición excesiva y la completa indiferencia respecto de la
gloria.
No tiene nombre
especial; es a la magnanimidad lo que la liberalidad a la magnificencia:
Sentido equívoco de la palabra ambicioso, tomada ya en buen sentido, ya en
malo. – El justo medio carece de nombre en muchos casos, 106
Capítulo V. De la
mansedumbre, medio entre la irascibilidad y la indiferencia.
Descripción de
la dulzura y de los dos extremos contrarios. Del carácter irascible; los
hombres irascibles se irritan pronto y se calman pronto; con los atrabiliarios
sucede todo lo contrario. – Dificultad de fijar con precisión los límites en
que debe encerrarse la cólera, 107
El hombre
amable y el hombre que quiere complacer con demasía. La disposición media en
este carácter se aproxima a la amistad. – El hombre que quiere agradar debe
manifestar firmeza en ciertos casos y hacer sufrir también cuando sea
necesario; sabe asimismo tratar las gentes según su posición. – Defectos
opuestos a este carácter; la disposición media en este género no ha recibido
nombre especial, 110
Es un medio
entre la vana jactancia, que hace que se suponga uno con cualidades que no tiene,
y la reserva, que hace que se rebajen las que se tienen. – Carácter del
verídico: detesta la mentira y la evita así en las cosas pequeñas como en las
grandes. – El fanfarrón y el charlatán; sus motivos diversos. – Carácter
reservado o irónico; Sócrates; la ironía, cuando es moderada, es digna de
estimación y graciosa, 112
El hombre de
buen tono sabe guardar un justo medio entre el bufón, que sólo se propone hacer
reír, y el hombre de humor áspero que de nada se ríe. – Límites de la gracia de
buen género; ejemplo tomado de la comedia antigua y de la nueva; regla por que
se rige siempre el hombre bien educado. – Resumen, 114
Es más bien una
afección corporal que una virtud; sólo cuadra bien a la juventud. Más tarde, la
vergüenza, que consiste en ruborizarse por lo que se hace, no puede nunca darse
en el hombre de bien, el cual no hace jamás cosa mala. – La vergüenza indica
por otra parte un sentimiento de honradez, 116
Libro quinto
Teoría de la justicia
Oposición
general de los contrarios, y en especial de estos dos contrarios: lo justo y lo
injusto. – Sentido diverso en que puede tomarse la palabra justicia. –
Relaciones de la justicia con la legalidad y con la igualdad. – La justicia se
refiere sobre todo a los demás; no es puramente individual; de aquí una
diferencia entre ella y la virtud, con la que se confunde muchas veces, 119
Capítulo II. Distinción
que debe hacerse entre la justicia o la injusticia y la virtud o el vicio.
Especies de justicia.
La justicia es
una especie de virtud distinta de la virtud en general, como la parte es
distinta del todo. – Es preciso distinguir igualmente la justicia o la
injusticia tomadas en general de la justicia o la injusticia en un caso
particular. – La justicia de las acciones está de ordinario de acuerdo con su
legalidad. – Es preciso distinguir dos especies de justicia; justicia
distributiva, política y social; justicia legal y reparadora. Las relaciones de
unos ciudadanos con otros son de dos especies, voluntarias e involuntarias, 123
La justicia
distributiva o política se confunde con la igualdad. Lo justo es un medio como
lo igual. La justicia supone necesariamente cuatro términos: dos personas que
se comparan y dos cosas que se atribuyen a las personas. Pero es preciso tener
en cuenta el mérito relativo de las personas, que es lo difícil. – La justicia
distributiva puede representarse por medio de una proporción geométrica, en la
que los cuatro términos están entre sí en las relaciones fijadas por los
matemáticos, 126
Justicia legal
y reparadora. La ley no debe tener en cuenta las personas; debe tender
únicamente a restablecer la igualdad entre la pérdida causada al uno y el
provecho que haya sacado el otro en aquellas relaciones que no son voluntarias.
Esta especie de justicia es como a manera de una proporción aritmética.
demostración gráfica. – Resumen de la teoría general de la justicia, 128
Capítulo V. La
reciprocidad o el talión no puede ser la regla de la justicia.
Error de los
Pitagóricos. – La reciprocidad proporcional de los servicios es el lazo de
unión en la sociedad. Regla del cambio: papel de la moneda en todas las
transacciones sociales. La función de la moneda, medida común de todo, es
puramente convencional. – Definición general de la justicia y de la injusticia,
131
Capítulo VI. De los
caracteres y condiciones de la injusticia y del delito.
Puede cometerse
un crimen sin ser uno absolutamente criminal. – De la justicia social y
política; del magistrado civil; su elevada función; su noble recompensa. – El
derecho del padre y del amo o señor no puede confundirse con el derecho
político; hay una especie de justicia política entre marido y mujer, 135
Capítulo VII. Distinción
de lo natural y de lo puramente legal en la justicia social y en el derecho
civil y político.
Las cosas
naturales, sin ser inmutables, están sin embargo menos sujetas a cambios que
las leyes humanas. En el fondo de cada disposición particular de la ley hay
principios generales que no cambian. – Distinción del delito especial y de lo
injusto en general, 137
Capítulo VIII. De la
intención como elemento necesario del delito y de la injusticia.
Los actos
involuntarios, o impuestos por una fuerza superior, no son actos culpables. De
la premeditación; la cólera excusa en parte las acciones que bajo su influjo se
cometen. – De las faltas que pueden perdonarse; de las faltas imperdonables,
139
Capítulo IX. Refutación
de algunas definiciones de la injusticia.
Error de
Eurípides. La injusticia que se hace es siempre voluntaria; la que se sufre,
realmente no lo es nunca. Respuesta a algunas objeciones. Definición más
completa de la injusticia. – No puede uno hacerse injusticia a sí mismo; Glauco
y Diómedes. En un repartimiento inicuo, el culpable es el que lo hace y no el
que lo acepta. – De los deberes del juez. – Dificultad y grandeza de la
justicia. Clase especial de seres que pueden practicarla. Es una virtud
esencialmente humana, 142
Relaciones y
diferencias entre ella y la justicia. La equidad en ciertos casos está por
encima de la justicia misma tal como la ley la determina. La ley necesariamente
debe emplear fórmulas generales, que no pueden aplicarse a todos los casos
particulares; la equidad repara y completa la ley. – Definición del hombre
equitativo, 146
Capítulo XI. Imposibilidad
de que sea uno realmente injusto para consigo mismo.
Del suicidio.
La sociedad tiene razón en condenarlo; es un crimen para con ella. – Vale más
sufrir una injusticia que cometerla. – Explicación de esta opinión, según la
que puede uno ser injusto para consigo mismo: una parte del alma puede ser
injusta con una de las otras partes. – Fin de la teoría de la justicia, 148
Libro sexto
Teoría de las virtudes
intelectuales
Necesidad de
dar más precisión a las teorías precedentes; insuficiencia de las reglas
generales. – Para explicar debidamente las virtudes intelectuales, se necesita
hacer un estudio exacto del alma. En la razón hay dos partes distintas: una
relativa a la ciencia y a los principios eternos e inmutables, la otra que
delibera y calcula sobre las cosas contingentes. Destino diverso que tienen en
el alma del hombre la sensación, la inteligencia y el instinto; la libre
preferencia del alma, ilustrada por la razón, es siempre el principio del
movimiento. La preferencia y la deliberación no se aplican nunca sino a lo
venidero, 151
Capítulo II. De los
medios que tiene el alma para alcanzar la verdad. De la ciencia.
El alma tiene
cinco medios de alcanzar la verdad: el arte, la ciencia, la prudencia, la
sabiduría y la inteligencia. – De la ciencia; definición de la ciencia; lo que
se sabe no puede saberse de otra manera que como se sabe; el objeto de la
ciencia es necesario, inmutable, eterno; la ciencia se funda en principios
indemostrables, que da la inducción, y sobre los cuales se apoya el silogismo
para sacar una conclusión, cierta, pero menos evidente que ellos. – Cita de los
Analíticos, 154
Definición del
arte: es el resultado de la facultad de producir y no del acto propiamente
dicho; sólo se aplica a las cosas contingentes, que pueden existir o no
existir. La razón verdadera dirige el arte; y la inhabilidad es dirigida por
una razón falsa, 155
Definición de
la prudencia; sólo se aplica a las cosas contingentes; en qué se diferencia del
arte y de la ciencia. Ejemplo de Pericles. Lamentable influjo de las emociones
del placer y del dolor sobre la prudencia y conducta del hombre. – La
prudencia, una vez adquirida, no se pierde jamás, 157
La
inteligencia, el entendimiento, es la facultad que conoce directamente los
principios indemostrables. – La sabiduría o la perfecta habilidad debe ser
considerada como el más alto grado de la ciencia: se eleva por encima de los
bienes humanos y de los intereses personales: Fidias, Policleto, Anaxágoras,
Tales. – La prudencia, que es esencialmente práctica, debe conocer ante todo
los pormenores y los hechos particulares, 159
Capítulo VI. Relaciones
de la prudencia con la ciencia política.
Aquella sólo se
refiere al individuo, y rige como conviene sus intereses personales. El interés
del individuo no puede separarse del de la familia y del Estado. – La juventud
no puede tener prudencia, porque sólo se adquiere mediante una larga
experiencia. – La prudencia no puede confundirse con la ciencia; se aproxima
más a la sensación, 162
Carácter de la
sabia deliberación; difiere de la ciencia; supone siempre una indagación y un
cálculo; tampoco es obra del azar ni de la simple opinión. – Definición de la
sabia deliberación; es un juicio recto aplicado a lo que es verdaderamente
útil; puede ser absoluta o especial, 164
Capítulo VIII. De la
inteligencia o comprensión y de la ininteligencia.
La inteligencia
no se confunde con la ciencia ni con la opinión; se aplica a los mismos objetos
que la prudencia; se manifiesta sobre todo en la rapidez para aprender y
comprender las cosas. – Del buen sentido, 166
Capítulo IX. Fin a que
tienden todas las virtudes intelectuales.
Se refieren
todas a las acciones, es decir, a los términos inferiores y últimos. En general
son dones de la naturaleza y no pueden adquirirse. Se producen y se aumentan
con la edad. – Importancia que debe darse a los consejos de los hombres
experimentados y de los ancianos, 167
Capítulo X. De la
utilidad práctica de las virtudes intelectuales.
Comparación de
la sabiduría con la prudencia. La sabiduría no tiene por fin especial la
felicidad; la prudencia ilustra al hombre sobre los medios de llegar a la
felicidad; pero en realidad no le hace más capaz de tenerla. La sabiduría y la
prudencia contribuyen, sin embargo, a la felicidad del hombre, así como la
virtud al señalar un fin loable a sus esfuerzos. – De la habilidad en el
régimen de la vida; sus relaciones con la prudencia; no hay prudencia sin
virtud, 169
Las virtudes,
que debemos a la naturaleza, no son hablando con propiedad virtudes, en tanto
que no las hemos ilustrado por la razón ni fortificado mediante un hábito
voluntario. Teoría de Sócrates, en parte verdadera y en parte falsa, sobre la
naturaleza de la virtud. – La virtud no puede confundirse con la razón; pero
sin razón no hay virtud. La prudencia es por otra parte inferior a la
sabiduría, 171
Libro séptimo
Teoría de la intemperancia y del
placer
Capítulo
primero. Nuevo objeto de estudio. El vicio, la intemperancia y
la brutalidad.
La virtud
contraria a la brutalidad es un heroísmo casi divino; dicho de los espartanos.
Método que debe seguirse en estas nuevas indagaciones: exponer ante todo los
hechos y las opiniones más generalmente recibidos; y después discutir las
cuestiones controvertibles. – De la templanza y de la firmeza en el
sufrimiento, 175
Uno es
intemperante sabiendo que lo es. – Refutación de Sócrates, el cual sostiene que
el vicio es resultado de la ignorancia; objeciones contra esta teoría. – Grados
diversos de la templanza y de la intemperancia, según los casos. El Neoptolemo
de Sófocles; peligro de los sofismas. – De la intemperancia absoluta y general.
– Fin de las cuestiones preliminares sobre la intemperancia, 177
La
intemperancia, ¿se aplica a todo o sólo a los actos de cierto orden?
Evidentemente la falta es mucho más grave cuando se comete conociéndola. –
Explicación del error en que cae el intemperante; puede conocer la regla
general, aunque no conocerla ni aplicarla en el caso particular de que se
trate. – El silogismo del acto; el intemperante sólo conoce el último término y
no el término universal. – Justificación definitiva de las teorías de Sócrates,
que cree que el hombre hace el mal por ignorancia, 180
Capítulo IV. Especies
de placeres y de penas con relación a la intemperancia.
¿Qué debe
entenderse por la intemperancia tomada de una manera absoluta? – Especies
diversas de placeres y de penas; placeres necesarios nacidos de las necesidades
del cuerpo; placeres voluntarios. – La intemperancia y la templanza se refieren
sobre todo a los goces corporales. – Distinción entre los deseos que son
legítimos y laudables y los que no lo son; en los deseos de esta primera
especie sólo es reprensible el exceso: Niobé, Sátiro. – La intemperancia y la
templanza corresponden a la incontinencia y a la sobriedad, 184
Capítulo V. De las
cosas que son naturalmente agradables y de las que se hacen tales mediante el
hábito.
Gustos
monstruosos y feroces; ejemplos diversos; gustos ridículos y malignos; no puede
decirse que estos gustos sean prueba de intemperancia. – La intemperancia
tomada en un sentido absoluto es lo opuesto a la sobriedad, 187
Capítulo VI. La
intemperancia en la cólera es menos culpable que la intemperancia en los
deseos.
El deseo está
más desnudo de razón aún que la cólera. Ejemplos diversos. – Tres clases de
placeres; la condición de los brutos no es tan baja como la del hombre
degradado por el vicio, 190
Capítulo VII. Diversas
disposiciones de los individuos relativamente a la templanza y a la
incontinencia.
Carácter propio
del hombre incontinente; su definición. – La violencia de los deseos hace las
faltas más excusables. – Definición de la molicie. – La intemperancia puede
tener dos causas, el arrebato o la molicie. Diferencia entre estas dos causas,
192
Capítulo VIII. Comparación
de la intemperancia con el espíritu de incontinencia.
La
intemperancia es menos culpable; no es reflexiva; es intermitente. La
incontinencia, por lo contrario, es una perversidad profunda. – Retrato del
intemperante, 195
Capítulo IX. El hombre
templado sólo obedece a la recta razón.
La terquedad
tiene alguna relación con el dominio de sí misma: motivos comunes de la
terquedad. Del cambio de opinión; se puede cambiar de opinión solamente por
motivos laudables; ejemplo de Neoptolemo. – La templanza se encuentra entre la
insensibilidad, que rechaza los placeres más lícitos, y el desarreglo completo
que hace perder el dominio de si mismo. – Relaciones de la templanza con la
sobriedad; sus diferencias, 197
Capítulo X. La
prudencia y la intemperancia son incompatibles.
Otro retrato
del intemperante. – La intemperancia natural es más difícil de curar que la
intemperancia que es resultado del hábito. – Resumen de las teorías sobre la
intemperancia, 199
Importa al filósofo,
que estudia la ciencia política, conocer a fondo la naturaleza del placer y del
dolor. – ¿Es el placer un bien? ¿Es el bien supremo? Argumentos en sentido
diverso sobre esta cuestión. – De las especies y de las causas del placer.
Respuesta a las diversas objeciones hechas contra el placer. El hombre prudente
evita los placeres que no son absolutamente placeres, y que van acompañados de
una mezcla de dolor, 201
Capítulo XII. Opiniones
comúnmente seguidas sobre el dolor y el placer.
Error de
Espeusipo. – Relaciones del placer con la felicidad; peligros de una excesiva
prosperidad. La felicidad es el desenvolvimiento completo de todas nuestras
facultades; y la actividad es por sí misma un verdadero placer, 204
Falsas teorías
en esta materia; no deben proscribirse los placeres del cuerpo absolutamente;
pero es preciso reducirlos a los límites dentro en los cuales son necesarios. –
Causa del error que hace que se tomen los placeres del cuerpo por únicos
placeres; son muchas veces un consuelo en medio de nuestros disgustos. La
juventud. Los temperamentos melancólicos. – Naturaleza del hombre; necesidad
del cambio que lleva consigo. Sólo Dios en su perfección no muda jamás. El
hombre malo tiene gusto en cambiar sin cesar. – Fin de la teoría del placer,
207
Libro octavo
Teoría de la amistad
Es necesaria
para la vida del hombre; su importancia individual: su importancia política. –
La amistad es tan honrosa como necesaria. – Teorías diversas sobre la amistad y
el amor. Explicaciones físicas: Eurípides, Heráclito, Empedocles. La amistad y
el amor deben estudiarse en el hombre, 211
El bien; el
placer y el interés son las tres únicas causas que pueden dar lugar a la
amistad. – Del gusto que se experimenta por las cosas inanimadas. –
Benevolencia recíproca pero ignorada. Para ser verdaderamente amigos, es
preciso conocerse y saber directamente el bien que se desean el uno al otro,
213
La amistad
reviste el carácter de los motivos que la inspiran; y como ellos es de tres
especies: por interés, por placer y por virtud. – Fragilidad de las dos
primeras especies de amistad; los ancianos sólo aman por interés; y los jóvenes
por placer. Amistades pasajeras de la juventud. – La amistad por virtud es la
más perfecta y la más sólida. Pero también es la más rara; sólo se forma con el
tiempo, y debe ser igual de una y otra parte, 215
Las amistades
por interés duran lo que dura el interés mismo; las amistades por placer pasan
generalmente con la edad; la amistad por virtud es la única que merece
verdaderamente el nombre de amistad; y la única que resiste a la calumnia. –
Las otras sólo son amistades en cuanto se parecen a esta, bajo ciertos puntos
de vista, 218
Capítulo V. Distinción
de la disposición moral y del acto mismo con relación a la amistad.
Puede ser uno
sinceramente amigo sin ejercer actos de amistad: efectos de la ausencia. – Los
ancianos y los de carácter rudo y austero son poco inclinados a la amistad. –
La vida común es sobre todo el fin y la señal de la verdadera amistad.
Alejamiento de los ancianos y de las personas de mal humor de la vida común: no
por eso su afección puede ser menos verdadera, 220
Capítulo VI. La
verdadera amistad no se extiende a más de una persona.
Las relaciones
muy numerosas no pueden ser profundas. – La amistad por placer se aproxima más
a la verdadera que la amistad por interés. – Amistades de los ricos: tienen
amigos muy diversos; la verdadera amistad es muy rara respecto de ellos. –
Resumen sobre las dos especies inferiores de amistad, 222
Capítulo VII. De la
amistad o afección respecto de los superiores.
El padre y el
hijo: el marido y la mujer; el magistrado y los ciudadanos. – Para que la
amistad nazca y subsista, es preciso que la distancia entre las personas no sea
muy grande; relación de los hombres con los dioses. – Cuestión sutil que esta
consideración suscita, 223
Papel del
adulador. – De la causa que motiva el que se busque la consideración de los
hombres que ocupan un alto puesto. – Ejemplo del amor materno. – La
reciprocidad de afecto es principalmente sólida cuando se funda en el mérito
especial de cada uno de los amigos; relación entre gentes desiguales. –
Ridículo en que caen los amantes. – Relaciones entre los contrarios; no tienden
el uno hacia el otro, sino que tienden al justo medio, 225
Capítulo IX. Relaciones
de la justicia y de la amistad bajo todas sus formas.
Leyes generales
de las asociaciones, cualesquiera que ellas sean. Todas las asociaciones
particulares no son más que partes de la gran asociación política. Cada cual
concurre en el Estado al interés común, que es el fin de la asociación general.
– Fiestas solemnes; sacrificios, banquetes; origen de las fiestas sagradas, 227
Capítulo X. Consideraciones
generales sobre las diversas formas de gobiernos.
Reinado,
aristocracia, timocracia o república. Divisiones de estas tres formas: la
tiranía, la oligarquía, la demagogia. – Sucesión de las diversas formas
políticas. – Comparación de los diferentes gobiernos con las diversas
asociaciones que presenta la familia. – Relaciones del padre a los hijos; poder
paterno entre los persas; relaciones del marido a la mujer; relaciones de los
hermanos entre sí, 229
Capítulo XI. Relación
entre los sentimientos de amistad y de justicia bajo todas las formas de
gobierno.
Los reyes,
pastores de los pueblos. – Beneficios de la asociación paterna. La afección del
marido por la mujer es aristocrática; la de los hermanos entre sí es
timocrática. – La tiranía es la forma política en la que no hay, ni afección,
ni justicia; la democracia es la forma en que se encuentran más estas
cualidades, 231
De la ternura
de los padres para con sus hijos y de los hijos para sus padres; la primera es
en general más viva que la otra. – Afección de los hermanos entre sí: motivos
en que se apoya. – Afección conyugal: los hijos son un lazo más entre los
esposos. – Relaciones generales de justicia entre los hombres, 233
Capítulo XIII. De las
quejas y reclamaciones con relación a las distintas clases de amistad.
Las quejas y
las reclamaciones no son de temer en las amistades por virtud; son más
frecuentes en las amistades por placer; se producen sobre todo en las
relaciones por interés. – Dos especies de relaciones interesadas: una puramente
moral, otra legal. – De las reglas que deben seguirse en el justo
reconocimiento y pago de las deudas o de las obligaciones que se han contraído.
– ¿Debe medirse el valor de un servicio por la utilidad del que se aprovechó de
él, o por la generosidad del que lo hizo? Diferentes sentimientos del
favorecido y del bienhechor. – Superioridad de las amistades por virtud, 235
Capítulo XIV. De los
disentimientos en las relaciones en que uno de los dos es superior.
Cada cual saca
de la amistad lo que puede sacar; el uno, el honor; el otro, el provecho. – De
los honores públicos. – De las relaciones en las que es imposible al hombre
hacer todo lo que debe. – Veneración debida a los dioses y a los padres. –
Relaciones del padre con el hijo, 239
Libro noveno
Teoría de la amistad.
Continuación
Capítulo
primero. De las causas de desavenencia en las relaciones en que
los amigos no son iguales.
Equivocaciones
recíprocas. – El que ha hecho el primer servicio, ¿deberá ser el que fije la
tasa de la remuneración? Proceder de Protágoras y de los sofistas. – Veneración
profunda que debe tenerse a los maestros que nos han enseñado la filosofía. –
Leyes de algunos Estados en que las transacciones voluntarias no dan lugar a
acciones jurídicas, 241
Capítulo II. Distinciones
y límites de los deberes según las personas.
Delicadeza de
estas cuestiones. Reglas generales; excepciones; casos particulares. – Deberes
para con los padres, los amigos, los hermanos, los conciudadanos; deberes para
con la ancianidad. – Consideraciones que deben tenerse en cuenta en todo caso,
244
Diversas causas
que pueden producirlo. No hay motivo para quejarse a no ser que uno haya sido
engañado con un afecto fingido. – Hipótesis en que uno de los amigos se hace
vicioso; no debe romperse la amistad mientras no se pierda la esperanza de
corregirlo. – Hipótesis en que uno de los amigos se hace más virtuoso; no debe
este romper la amistad absolutamente, y debe guardar siempre alguna
consideración al recuerdo del pasado, 246
Capítulo IV. El amigo
de sí mismo y el amigo de los demás. Retrato del hombre bueno y del malo.
La amistad que
se tiene con los demás procede de la amistad que se tiene consigo mismo. No
puede uno amarse a sí mismo sino en cuanto se considera hombre de bien. –
Retrato del hombre de bien; está en paz consigo mismo, porque hace el bien
exclusivamente en vista del bien. La vida está para él llena de dulzura. –
Relaciones de la amistad y del egoísmo. Retrato del hombre malo; sus desórdenes
interiores; discordias de su alma; odio a la vida; horror de sí mismo. – El
suicida. – Ventajas de la virtud, 248
Difiere de la
amistad y de la inclinación. – Puede recaer sobre desconocidos y es muy
superficial. – Influencia del aspecto en la persona en la amistad y el amor. –
Cómo la benevolencia puede convertirse en amistad. – Motivo más común de la
benevolencia, 250
Se aproxima a
la amistad. – No debe confundírsela con la conformidad de opiniones. –
Admirables efectos de la concordia en los Estados; es la amistad civil. –
Efectos desastrosos de las discordias: Eterocles y Polinice. – La concordia
sólo es posible entre hombres de bien. – Los malos están perfectamente en
desacuerdo a causa de su desenfrenado egoísmo, 252
El bienhechor
ama en general más que el favorecido. – Falsas explicaciones de este hecho
singular. Indebida comparación con las deudas; Epicharmo. Explicación
particular de Aristóteles. – Amor de los artistas por sus obras; amor de los
poetas por sus versos. – El beneficiado es en cierta manera la obra del bienhechor.
– El placer activo superior al placer pasivo. – Hay complacencia en el bien que
se hace; y se estima tanto más cuanto más trabajo ha costado. – Afecto más vivo
de las madres para con sus hijos, 253
El hombre malo
sólo piensa en sí mismo: el hombre de bien sólo piensa en hacer el bien, sin
tener en cuenta su propio interés. – Sofisma para justificar el egoísmo. Es
preciso distinguir lo que se entiende por esta palabra. egoísmo reprensible y
vulgar. El egoísmo que consiste en ser más virtuoso y más desinteresado que
todo el mundo es muy laudable. – Sacrificio en obsequio de los amigos y de la
patria; desdén de las riquezas. pasión excesiva por el bien y por la gloria,
255
Capítulo IX. Sobre si
hay necesidad de amigos en la prosperidad.
Argumentos en
diversos sentidos. – ¿Hay más necesidad de amigos en la desgracia que en la
prosperidad? – El hombre de bien no puede vivir solitario; tiene necesidad de
hacer el bien a sus amigos y de ver sus acciones virtuosas: cita de Theognis.
Es obrar virtuosamente contemplar a sus amigos; sentir que se obra y se vive en
el seno de sus amigos es un vivísimo placer, el cual sólo se consigue en la
intimidad. – El hombre dichoso debe tener amigos virtuosos como él, 258
Amigos por
interés deben tenerse pocos; porque no se puede servir a todos; amigos por
placer basta un corto número de ellos; amigos por virtud deben tenerse sólo los
que se puedan amar con intimidad; este número siempre es muy limitado. – El
amor, que es el exceso del afecto, sólo se dirige a un sólo ser. – Las
amistades ilustres no han tenido nunca lugar sino entre dos; pero puede amarse
a muchos de sus conciudadanos, 262
Capítulo XI. ¿Cuándo
son más necesarios los amigos, en la prosperidad o en la desgracia?
Razones en
ambos sentidos: la presencia de los amigos y su simpatía alivian nuestras penas
y aumentan nuestra felicidad. – Se debe ser muy parco en llamar a los amigos
cuando a uno le ocurre algún disgusto o desgracia, e ir espontáneamente en busca
de ellos cuando sufren. – Se debe mostrar poca impaciencia en exigirles
servicios, pero tampoco rehusarlos obstinadamente. – Resumen, 264
La amistad es
como el amor; es preciso que los amigos se vean. – Ocupaciones comunes que
sirven para aumentar la intimidad. – Los malos se corrompen mutuamente. – Los
buenos se mejoran con su trato recíproco. – Fin de la teoría de la amistad, 266
Libro décimo
Del placer y de la verdadera
felicidad
Es el
sentimiento mejor apropiado a la especie humana; inmensa importancia del placer
en la educación y en la vida. – Teorías contrarias sobre el placer; tan pronto
se dice que es un bien como que es un mal. – Utilidad de concordar nuestra
conducta con las máximas que profesamos, 267
Capítulo II. Examen de
las teorías antes indicadas sobre la naturaleza del placer.
Eudoxio le
suponía el soberano bien, porque todos los seres lo buscan y lo desean. Eudoxio
autorizaba sus teorías en el perfecto régimen de su conducta. – Argumentos
tomados de la naturaleza del dolor; todos los seres huyen de él. – Opinión de
Platón. – Solución particular de Aristóteles. – Lo que todos los seres buscan
debe ser un bien. – El argumento tomado de los contrarios no es bueno, porque
el mal puede ser lo contrario de otro mal. – Refutación de algunos otros
argumentos. – El placer no es una simple cualidad; tampoco es un movimiento;
tampoco es la satisfacción de una necesidad. – Los placeres vergonzosos no son
verdaderos placeres. – Indicación de algunas soluciones. – Resumen: el placer
no es el soberano bien; hay placeres que se desean, 268
Refutación de
algunas otras teorías; el placer no es ni un movimiento ni una generación
sucesiva. – Especies diferentes del movimiento. Todos los movimientos en
general son incompletos, y jamás son perfectos en un momento dado de la
duración. – El placer es un todo indivisible, cualquiera que sea el instante de
la duración en que se le observe, 273
El acto más
completo es el que se hace en las mejores condiciones. – El placer completa y
perfecciona el acto, cuando el objeto que siente y el objeto sentido están en
las condiciones apetecidas. – El placer no puede ser continuo como no lo es
tampoco la pena; debilidad humana. – Gusto de la novedad. – El hombre ama el
placer, porque ama la vida. Estrecho enlace del placer con la vida, 275
Nace de la
diferencia de los actos. – Se goza tanto más cuanto más placer se tiene en
hacer las cosas. Los placeres propios de las cosas; los placeres extraños; los
unos perturban a los otros, porque no pueden hacerse dos cosas a la vez.
Ejemplo de los espectadores en el teatro y de sus distracciones. – Placeres del
pensamiento; placeres de los sentidos. – El placer varía según los seres, y
hasta de un individuo a otro en una misma especie. – La virtud debe de ser la
medida de los placeres, 277
Capítulo VI. Rápida
recapitulación de la teoría de la felicidad.
No es una
simple manera de ser. Es un acto libre e independiente, sin otro fin que el
mismo y conforme a la virtud. – La felicidad no puede confundirse con las
diversiones y los placeres; la diversión no puede ser el fin de la vida: los
jóvenes, los tiranos. – Máxima excelente de Anacarsis. – La diversión no es más
que un reposo y una preparación para el trabajo. – La felicidad es un asunto
extremadamente serio, 281
Capítulo VII. Continuación
de la recapitulación de las teorías sobre la felicidad.
El acto del
entendimiento constituye el acto más conforme a la virtud, y por consiguiente
el más dichoso; puede ser el más continuo. – Placeres admirables de la
filosofía. – Independencia absoluta del entendimiento y de la ciencia; tienen
en sí mismos su propio fin; calma y paz profunda del entendimiento. Turbaciones
de la política y de la guerra. El entendimiento es un principio divino en el
hombre. – Superioridad infinita de este principio; grandeza del hombre; la
felicidad consiste en el ejercicio de la inteligencia, 283
El segundo
grado de la felicidad es el ejercicio de otra virtud, que no sea la sabiduría.
La virtud moral se relaciona a veces con las cualidades físicas del cuerpo, y
se une muy bien con la prudencia. – Superioridad de la felicidad intelectual.
No depende casi en nada de las cosas exteriores. – La virtud consiste a la vez
en la intención y en los actos. – La perfecta felicidad es un acto de pura
contemplación. Ejemplo de los dioses. Es injuriarles el atribuirles otra
actividad que la del pensamiento. – Ejemplo contrario de los animales; no
tienen felicidad, porque no piensan. – La felicidad está en proporción del
pensamiento y de la contemplación, 286
Capítulo IX. Relación
de la felicidad con el bienestar exterior.
La felicidad
supone un cierto bienestar exterior; pero este bienestar es muy limitado. – La
posición más modesta no es incompatible ni con la virtud ni con la felicidad. –
Opinión de Solon; opinión de Anaxágoras. No debe darse crédito a las teorías
cuando no se conforman con los hechos. – Grandeza del sabio; es el amigo de los
dioses; es el único dichoso, 289
Capítulo X. Importancia
de las teorías y de la práctica.
Opinión de
Theognis. – La razón sólo habla a los menos. Sólo mediante el temor del castigo
puede ser dirigida y corregida la multitud. – Influjo de la naturaleza;
necesidad de una buena educación; sólo la ley puede ordenarla. Sabios consejos
dados al legislador por Platón. – Empleo simultáneo de la práctica y de la
fuerza. Sólo la ley tiene poder para mandar eficazmente. – Educación pública;
educación particular; utilidad de las reglas generales y de la ciencia; la
experiencia. – Papel admirable del legislador. – Oficio poco útil y poco
honroso de los sofistas que enseñan la política. Esta es indispensable. Los
estudios teóricos sobre las constituciones pueden ser de alguna utilidad. –
Colección de constituciones. – Relación de la política con la moral; anuncio de
la Política de Aristóteles como continuación de su moral, 290