viernes, 27 de julio de 2012

RELACIÓN ENTRE LENGUAJE, PENSAMIENTO Y REALIDAD


RELACIÓN ENTRE LENGUAJE,
PENSAMIENTO
Y
REALIDAD

Materia: Filosofía del Lenguaje.
Profesor: Fabián Esquivel Bautista.
Alumno: Ricardo Javier Navarro Muñoz


Guadalajara, 2012
LENGUAJE, PENSAMIENTO Y REALIDAD
Las relaciones lenguaje-pensamiento y lenguaje-realidad constituyen dos de los problemas más complejos e importantes de la filosofía. Nos preguntamos cuál es el valor del lenguaje, o sea, de qué modo el lenguaje condiciona o determina al hombre en su pensamiento y en su percepción de la realidad. Puede ser que tenga un valor instrumental, es decir, que sirva de medio para la formación y expresión del pensamiento y para hacer presente el ser de las cosas al hombre, o puede ser que tenga un valor que nosotros queremos llamar aquí «existencial», en cuanto que determina y es causa principal tanto del pensamiento humano como de la manifestación del ser.
La interrelación que existe entre estas realidades es tan recíproca y profunda que es imposible concebir la dimensión humana prescindiendo de alguno de ellas. El pensamiento y el lenguaje constituyen formas exclusivamente humanas de reflejar la realidad, pues ella proporciona elementos de intuición captados por la actividad del pensamiento que lo vuelve lenguaje, manifestado éste en la comunicación.
Por ello, se puede decir que la historia de la unidad de pensamiento y lenguaje es la historia de la comunicación, pues esta es solo la forma de relacionarse el ser humano y de captar el medio social que le rodea. Con todo, es lógico decir que el ejercicio del lenguaje y de la comunicación, capacitan al ser humano cada vez más, para comprender la relación que existe entre él y el medio social al que pertenece, como también las ventajas y las desventajas que de la sociedad recibe.
En el intento por investigar sobre el origen del lenguaje, solo se ha logrado concluir que este aparece ligado a la evolución del pensamiento. Es hasta que el ser humano es capaz de asociar sonido con imagen cuando podemos hablar de un primer paso en los triunfos de la investigación de cómo el ser humano se relaciona con el medio en el que vive. Teniendo este principio como base, se puede continuar afirmando que realidad, pensamiento y lenguaje se complementan. Es inaudito creer que se puede pensar si no existe un objeto que sirva de referente para tal actividad, pues en tal caso, ni siquiera se balbucea un principio de lenguaje, y, considerando un segundo chispazo que es el de necesidad. Necesidad que brota del ser humano de comunicarse con sus semejantes, de nombrar su realidad, de poseer un entendimiento, ya sea este, individual, colectivo, consciente o inconsciente; en fin, una necesidad que lo obligue a comunicarse.
En los inicios del siglo XXI es muy matizada la palabra comunicación, y es que, con la difusión de tantos medios que posibilitan esta facultad humana, es inconcebible pensar en alguien que viva aislado. Con tanta tecnología de diferente nivel, todo el mundo se comunica en cualquier parte del planeta. Sin embargo, no por ello se puede afirmar que este privilegio humanoide ha llegado a su época de oro y que después es insignificante lo que puede venir en el proceso evolutivo de la ciencia y la técnica. Pues si medimos los progresos y resultados en la historia, comenzando por las primeras agrupaciones que se hacían con un fin común, hasta adentrarse en buena parte de los tiempos actuales, se percibe que la época que transcurre es solo una parte en la evolución del gran potencial humano.
Manteniendo una proyección futura en cuanto a los estudios sobre pensamiento, realidad y lenguaje, solo será posible considerarlos como partes de un sistema indisoluble en el que uno está sujeto al otro y que la actividad humana de conocer y dar a conocer solo es posible si los tres elementos se entretejen en un movimiento de mutua dependencia, que los datos aportados por cada acción solo existen para completar otros de los que forman el complejo entretejido humano de la comunicación.
La relación entre pensamiento y lenguaje es fundamental en todo proceso de construcción del desarrollo personal. Para que éste tenga lugar es imprescindible que el niño se relacione con los demás, es decir, que establezca relaciones sociales, pero ¿puede darse esta socialización sin un instrumento?
Sin el lenguaje una de las principales herramientas que el sujeto va a utilizar como vehículo favorecedor en el aprendizaje es el signo, es lo simbólico, es el lenguaje, donde el papel del docente, la familia y los iguales es vital pues actuarán como dadores de modelos de imitación que posteriormente serán interiorizados por el alumno a fin de darles un significado, un pensamiento. Si estudiamos por separado cualquier función psíquica superior (atención, memoria, pensamiento, lenguaje…etc.) estamos creando un modelo de persona alejado de cualquier rasgo social y global, pero ¿somos realmente así?
A partir de la lectura del Tractatus Lógico-Philosophicus, y a modo de paráfrasis trataré de establecer, lo que para Wittgenstein sería la relación entre lenguaje, pensamiento y realidad.
"El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas" esto es porque los hechos son completos, y a esto le llama el caso. Es decir, "No la cosa sin el espacio" p.19 porque la cosa (hecho) p.15 descansa en un lugar y éste es el espacio donde igualmente se mueve. Los hechos se pueden descomponer en partes y éstas describirán lo que el hecho es en tanto tal. Los hechos son una ‘forma’ p.21 que está constituida por objetos.
"La sustancia del mundo sólo puede determinar una forma y no propiedades materiales" es pues, la sustancia, algo no conformado por objetos sino propiedades no cosificadas. La sustancia en tanto que es ‘forma y contenido’ p.21 no puede ser separada, entonces es parte del caso. Lo que 'configura’ a un objeto es lo que cambia. La realidad es el que se dé y no ‘los estados de las cosas’, p.23 es decir, los hechos.
"Nos hacemos figuras de los hechos" p.23 lo que es igual aquí, somos la realidad configurada por elementos de los objetos que se unen en dicha realidad. Así, la figura se forma por la relación 'interrelacionada' de sus elementos. Por lo tanto, la figura será un hecho p.25. Y es cómo se explica que las cosas se 'comportan' en relación unas con otras. Esta relación dará como resultado la "estructura y la posibilidad de la misma, su forma de figuración" p.25
"La figura no puede, sin embargo, situarse fuera de su forma de representación" p.27 porque la representación es la totalidad del ser hecho. "Lo que la figura representa es su sentido" p.29 el sentido pues, de la realidad.
Pero si la figura es verdadera o falsa, sólo podremos saberlo en la realidad misma, ésta es algo pensado «Un estado de cosas es pensable» y dice Wittgenstein que al reunir esto pensado 'pensamiento' se conformará la figura del mundo p.29. Y el pensamiento es tal porque es 'posible' en la realidad humana.
El lenguaje y la escritura será el medio de expresión de la realidad; del pensamiento como tal realidad. A través del 'signo' se manifiesta en el mundo. P.31 Y el signo a su vez, será un 'hecho' del pensamiento expuesto a la realidad, es decir, "al estado de cosas" determinado. Pero los signos deberán descansar en 'hechos' en las cosas, precisamente, para dar sentido y no quedar en meros ‘nombres’. Dicho de otra manera, sólo palabras sin razón p.33 y de este modo "Pueden descubrirse estados de cosas, no nombrarse" p.33 En tal caso el nombre es simplemente 'el objeto' (sin significado) que será el significado mismo.
Lo anterior se entiende pues, al decir que una proposición abraza lo que suman el signo, significado, pensamiento y realidad en el uso que se le dé a cada "hecho de las cosas" en la realidad misma p.37 Y con esto se da una ‘expresión’, es decir, forma (signo)-contenido (significado)."La expresión es constante y los demás variable".
El lenguaje será la designación del 'estado del hecho de las cosas’, es decir, cómo se dice o se designa la proposición. Éste será entendido en tanto el uso, en otras palabras, 'uso con sentido’; contexto en que me encuentro. "Sólo unido a su uso lógico-sintáctico determina el signo una forma lógica" p.43 Así que si los signos no se usan no tienen significado alguno.
"Lo que designa en el símbolo es lo común a todos aquellos símbolos" p.47 y si es común, entonces la relación es clara y de este modo se da una definición en cada proposición. Y una proposición 'con sentido' será el 'pensamiento’ p.49 Así "la totalidad de las proposiciones es el lenguaje" p.49
Enuncia Wittgenstein, "la proposición es una figura de la realidad" por lo tanto, ésta figura se mostrará en un signo en apariencia sonora que será el lenguaje; éste será el recogimiento del pensamiento y, muy probablemente, no se sabrá si lo expresado será falso o verdadero, será entonces la proposición del pensamiento simplemente expuesta. De esta forma me explico lo que este autor dice: "Que la lógica de los hechos no puede representarse" p.57 Y de este modo "La realidad es comparada con la proposición" p.59
Sin temor a duda, no hay división entre la relación de lenguaje, pensamiento y realidad pues los tres conceptos son forma sustancial de los hechos mismos. Y en tal evento, la relación de la filosofía y la ciencia se aclaran ante mis ojos pues con la filosofía se puede reflexionar y enunciar las diferencias y virtudes de estos conceptos y con la ciencia se les dará una explicación contundente-demostrable.


CONCLUSIÓN
El lenguaje, entonces, no permanece al servicio del pensamiento, sino que éste depende de ella y para ella se actualiza. Nosotros no pensamos primero y luego hablamos; escuchamos y hablamos primero, dado que hemos nacido en una cultura determinada con un lenguaje particular, y luego, a partir de ese lenguaje heredado, comenzamos a pensar. Entonces no es el pensamiento quien condiciona el lenguaje, sino al revés. El lenguaje determina y configura mi modo de ver la vida, de entender el mundo, al hombre y a Dios mismo.
El lenguaje sería una especie de telescopio: puedo ver tanto y tan lejos como me lo permita el lenguaje. Mi capacidad de distinguir entre el valor de una planta y una roca no se debe al hecho de que mi mente haya captado la distinción ontológica primero, sino al hecho de que el lenguaje que me enseñaron me ha presentado tal distinción. De lo contrario, no la hubiera pensado. Soy capaz de pensar lo que el lenguaje me enseña. El esquema básico gnoseológico sería, entonces, este otro: «Del lenguaje al pensamiento y del pensamiento a las cosas».
Según el pensar, el lenguaje tiene un valor semántico: su misión consiste en indicar, señalar, servir de signo a la realidad. Nos dice cómo son las cosas. Las frases «hoy hace sol» y «este libro es aburrido» manifiestan verbalmente dos hechos reales. El lenguaje tiene, pues, un valor instrumental con relación a la realidad que trata de manifestar, aunque sea de modo imperfecto y limitado.

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